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Solsticio de Verano: la apertura de la puerta de los Hombres  


El Sol ya se ha ocultado,
Y la tierra está oscura.
Solo el fuego sagrado,
Crepita en el hogar.
Por eso cuando venga,
A buscarnos la Sombra,
No nos encontrará,
Porque el Fuego de Frya,
Con nosotros esta.
Las dudas y los miedos,
A buscarnos vendrán,
Pero en vano ha de ser.
No nos encontrarán.
Porque la luz sagrada,
Con nosotros está.
Repose, pues, mi espíritu,
Bajo el Signo triunfal.
La eterna primavera,
Con nosotros está.


CELEBRACIÓN DE UN SOLSTICIO DE VERANO


EXHORTACIÓN.-

(Reunidos en círculo alrededor de la pira o de la cruz que va a encenderse, el que dirige el rito dirá):

¡Camaradas!

Hace milenios, los arios se lanzaron a la conquista del mundo e iniciaron la larga marcha  de los pueblos venidos de Hiperbórea. Nosotros que somos sus herederos, renovamos esta noche en antiguo rito de los hijos del Sol verdadero.

     Que el fuego llegado de los cuatro horizontes de nuestro mundo ilumine con una llama única este Solsticio de año……. Al advenimiento de nuestro Führer.

      RITO DEL FUEGO.-

(Si hay número suficiente de varones y mujeres, se deben formar cuatro parejas, situándose estas en los cuatro puntos cardinales alrededor de la pira o cruz, sosteniendo cada pareja una antorcha previamente encendida. S i no, que sean cuatro camaradas, uno en cada punto cardinal Se acercaran a la pira  o cruz y le darán fuego (al mismo tiempo.).Si son parejas, l antorcha será sostenida por ambos, el varón con su mano derecha y la mujer con su mano izquierda situada debajo de la del varón. Una vez encendido el fuego, el que dirige dirá):

Miremos con esperanza la llama clara que hemos encendido en esta sagrada noche del comienzo del estío. Esta llama es para nosotros el signo sensible de la Vida; es el reír de Dios sobre la tierra; de un Dios que ha llamado a sus hijos para la luz y la vida frente a las tinieblas y la muerte. A través de la oscuridad resplandece la llama en esta noche llena para nosotros de resonancias ancestrales… Esta llama es para nosotros el símbolo de la unidad indisoluble entre nosotros y el Dios de “ARRIBA”. 

¡Mirad como brilla la luz que nos libra de las tinieblas exteriores! aquí apunta ya la aurora de un tiempo radiante. Las puertas del futuro se abren ante aquellos cuyo corazón arde al unísono con el fuego sagrado. ¡ Mirad esta luz que hace vivir la tierra todavía oscura!. La antigua tierra europea responde a nuestra llamada y en esta misma hora miles de fuegos fraternales brillan en todo el mundo ario. 

Pero durante mucho tiempo los arios han permanecido sentados en sombras hasta que un día surgió un hombre que los despertó.

Y decidieron dejar de ser unos desarraigados.

Se propusieron, pues, redescubrir sus raíces y reencontrarse consigo mismos.

Apostaron por desempolvar los valores de sus ancestros e insuflarles vida.
Se propusieron pues rescatar la cosmovisión que a sus más remotos padres había dado forma; rescatarla del olvido y del menosprecio a los que el mundo moderno la había sometido.

No dudaron en que , para no sucumbir definitivamente , debía recobrar la fidelidad a su sagrado linaje.
No vacilaron en que la sacra comunión con sus antepasados volvería a iluminar lo más profundo del ser de cada uno de ellos y a iluminar su destino como estirpe.

Percibieron que volverían a encender en su interior la de lo Absoluto si reencontraban el cordón dorado que les entroncaba con sus orígenes Transcendentes.

Rescataron el culto al fuego sagrado porque el fuego sagrado porque esté compartía su naturaleza luminosa con el Sol verdadero.
Y, de esta manera, a través de ritos solares fueron ascendiendo al Conocimiento de la genuina realidad superior de la existencia; una Realidad Suprema que, si se quería acceder a ella, no entendía de lo mutable, de lo impulsivo ni de lo pasional, sino que solo admitía una única vía: la vía activa y majestuosa del autodominio y de la impasibilidad.

Y tras todo ello, supieron que los principios que, en adelante, les harían de guía, faro y eje no serían nunca más aquellos principios nefastos que les habían arrastrado hasta el actual paroxismo, hasta la presente decadencia.

Y así, con convicción, emprendieron el exigente camino.

OFRENDA DE CORONAS.-

(Deben tenerse prevista cuatro coronas de hojas de roble o bien cuatro coronas de flores o simplemente cuatro ramos de estas o cuatro manojos de tomillo, espliego o cualquier otra planta aromática. Se acercan al fuego tres parejas o tres individuos. Cuando la celebración sea comunitaria, la primera pareja será de niño y niña, la segunda de los jóvenes y la tercera de maduros o ancianos. En caso de que la celebración sea solo de gente joven las parejas o individuos serán de edades diferentes, los más jóvenes ofrecerán la primera corona, los medianos la segunda y los mayores la tercera, diciendo):

Los más jóvenes:

Hacemos esta ofrenda en memoria de todos los muertos de nuestra comunidad.(Arrojan la corona o ramo al fuego y todos los presentes dirán a coro):

Somos el fuego y la antorcha, somos la chispa y la llama, somos la luz y el calor que al frío y tiniebla espanta.

Los más medianos:

Hacemos esta ofrenda en honor de los luchadores del frente nacionalsocialista. (Arrojan la corona o ramo al fuego).

Todos responden a coro:

Somos el fuego y la antorcha, somos la chispa y la llama, somos la luz y el calor que al frío y tiniebla espanta.

Los más viejos:

Hacemos esta ofrenda en esperanza de los niños que han de nacer. (Arrojan la corona o ramo al fuego).

Todos responden a coro:

Somos el fuego y la antorcha somos la chispa y la llama, somos la luz y el calor que al frío y tiniebla espanta.

CÁNTICO DEL CLAN.-

(Terminada la ofrenda de coronas al fuego, el que dirige recitará el canto del clan):

En la noche sagrada del solsticio estival.
Estamos reunidos las gentes del Clan.
Con risas y cantos celebramos la fuerza de la sangre aria y su pureza.

Cantamos por nuestros hermanos que han muerto en las batallas.
Su sangre derramada fortaleció nuestra raza.

Cantamos por nuestras fuentes, llanuras y  caminos. Nuestras cumbres y bosques, nuestra miel, trigo y vino.
Por la patria europea del uno al otro mar.

Cantamos para enseñar la ley a nuestros hijos,
Que fieles a sus jefes y con fe en nuestros Dioses
la tierra de los ancestros mañana guardarán.

Dormitan en la noche los fuegos de campaña
Salud y Victoria para nuestro Clan.


(Terminado el “canto del Clan” todos los presentes al son de instrumentos tradicionales, darán doce vueltas alrededor del fuego. Después los jóvenes, por parejas o solos saltarán sobre la hoguera. Es antiquísima tradición que el saltar juntos un chico y una chica cogidos de la mano, es signo externo de su compromiso matrimonial ante todos. La noche continuará con cantos y bailes en alegre camaradería hasta el alba. Poco antes de salir el Sol, la comunidad subirá a algún lugar alto donde se harán sonar gaitas, trompas y tambores llamando al Sol. Cuando este aparece, el que dirige la ceremonia, dirá:





El Sol regresa entre nosotros. Nos calienta y nos ilumina. Él protege el océano de los trigales y anuncia el oreo de la mieses. !Gloria y Honor al Sol Creador, al Sol Invicto, al Sol Soberano!

Y la comunidad responderá:

¡Gloria!  ¡Gloria!  ¡Gloria!

NOTA FINAL.- Tanto el día anterior al Solsticio como el mismo día del solsticio es muy útil aprovechar el tiempo para celebrar reuniones y asambleas de tipo político, así como actos culturales y competir e certámenes artísticos y deportivos, con juegos tradicionales. El lugar de celebración de adornarse convenientemente con guirnaldas, flores y banderas, siendo recomendable usar, en lugar preferente, las propias de la etnia local y por supuesto el Gammadión.

Salve et Victoria!

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