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La revolución del opio

La revolución del opio

Hemos podido y podemos observar como se está gestando la revolución de una juventud perteneciente a la masa servil. Su propósito es derrocar le hegemonía política bipartidista que reina en España.

En este aspecto su crítica es loable, pues es notable el acercamiento histórico con la época de la Restauración Borbónica y el legado del sistema canovista donde primaba la alternancia de partidos. No muy diferente a lo que vivimos en la actualidad salvo ciertas circunstancias que han variado en lo social debido al “avance” para con el “bienestar” común.

Lo deleznable de toda esta parafernalia pseudosocialista es la ignominia desatada por sus acciones. Reivindican de forma demagoga una reforma de las instituciones democráticas en pro del beneficio y alcance de la felicidad común. No el alcance de la felicidad en términos aristotélicos (se trataría de algo blasfemo) sino de la creación de la comuna hedonista que predican estos individuos desalentados y sin un rumbo determinado.

Las masas no se mueven por el uso de la razón, sino más bien en mancomunidad sentimental de logros utópicos extraidos de las mismas ideas marxistas de quienes abanderan esta iniciativa ¿expontanea?.

Ahora bien, todos aquellos que reclaman bajo falsas lágrimas la democracia real, han de saber que lo real se remonta al siglo de Pericles. Esa era la democracia real, al menos en su concepción realista, pues si hemos de hablar de democracia, no hemos de omitir estos aspectos de las polis griegas, más concretamente Atenas.

¿Podemos permitirnos pues, remontarnos a una época arcaica donde no tenían voz ni voto mujeres y esclavos?. Según Aristóteles, la mujer y el esclavo no poseían los usos facultativos de la razón, sino que poseían la capacidad de comprensión para entender al hombre.

Loado sea aquel que reivindique dichas premisas, pues con alarde shopenhauariano vendrá a revitalizar nuestro mundo decadente y matriarcal.

No será así, no serán estas las reivindicaciones. Estas solo se corresponden con el desorden y el fanatismo arcaico. No se puede, nunca se concebirá semejante acto pernicioso o no para la sociedad en la que vivimos, una sociedad de seres mojigatos .

La juventud solo se mueve por sentimientos, sí, sentimientos de aquellos portavoces que les llenan sus cerosos oídos de ilusiones ficticias. Compendio de ilusiones que pueden llevar a su autodestrucción o a las pasiones más bajas que caracterizan al hombre, tal como ocurrió en la Revolución Francesa.

Análogamente a la revolución, intuyo, descubro, supongo, que el origen de todas estas revoluciones de jardín radican en las recientes actuaciones en el norte de África, donde al igual que la Revolución Francesa, les llegaron las bellas notas musicales de la democracia. Ah! Democracia, un canto celestial para nuestros oídos, igual que un canto de sirena que atrae nuestros cuerpos en busca de ser devorados por la medianía y la corruptela.

¿Anarquía pues? Sí, otra de las reivindicaciones expuestas por estos seres antropomorfos cuyo propósito deja que desear en lo concerniente a la praxis. Anarquía como forma de gobierno, Bakunin daría saltos de alegría si no se hubiera desecho la unión substancial que lo mantenía con vida. Es menester citar aquí, precisamente al tratarse de España, el comienzo del manifiesto de los persas realizado expresamente para reinstaurar el absolutismo en España tras la llegada del Borbón Fernando VII “el deseado”:

“ Señor:

1.- Era costumbre en los antiguos Persas pasar cinco días en anarquía después del fallecimiento de su Rey, a fin de que la experiencia de los asesinatos, robos y otras desgracias les obligase a ser más fieles a su sucesor.”

Es sólo el comienzo del manifiesto a modo introductorio, no con ello quiero reivindicar el absolutismo borbónico, sino dejar patente la estupidez humana. La estupidez de una humanidad sin raciocinio. Humanidad que precede a su inteligencia. Completamente negligente la actuación del vulgo en búsqueda de lo inexistente.

Sería acertado criticar aquí, que muchos de los integrantes de dicha subversión están ataviados con ropajes del folklore de la extrema izquierda. A pesar de no reivindicar ninguna premisa con nombres y apellidos, si podemos decir en lenguaje popular, que el hábito no hace al monje, pero sin embargo lo representa.

Oh! Juventud dolorida y ausente. Tuviste que salir de tu notoria cueva en busca del sol. Ansiosos de calor, ansiosos de poder, de libertad y libertinaje coged vuestras alas de cera y haced como Íkaro en los numerosos montes que forman la península ibérica. Arrojaos al infinito!

Oh! demócratas que pueblan nuestro sagrado lugar, a todos os digo ilusos, que en busca de la felicidad sigáis al mesías, él os conducirá a la libertad, él y solo él os llevara con orgullo al lugar de donde una vez salisteis.

Oh! amado flautista, conduce a los incautos e impávidos hacia el astro sol. Que él los de cobijo y los funda en su seno, de donde no debieron salir jamás

2 comentarios:

  1. Dentro de mi mas absoluta ignoracia, pienso(ejercicio que hago pocas veces y del cual no me gusta abusar)que no es mala cosa la que estan haciendo estos pobres ilusos movidos por hilos de manos expertas. No deja de ser una revolución, social y aburgesada, sin acción, pero una revolución. Puede que sea el germen de que esta "suciedad" piensa alguna vez (como yo). ¿Por que no utilizar este tipo de revoluciones, encauzandolas, para un bien común? ¿ Por que una vez reunidas las ovejas no se las guia hasta el corral, sabiendo que nunca van protestar contra el pastor que llevan pese a ser un lobo? Bastaria que apareciese un nuevo pastor, hablandoles de las bondades de un corral mejor, mas grande, mas bonito, con mas "libertad" y estas le seguirian. Una vez en el redil del pastor, se les irian educando para que ese corral fuese un verdadero paraiso. Un saludo Imperial:
    Pepelu

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  2. Buenos días querido Pepelu; a razón del pastor que citas y más concretamente a la formación y puesta en escena del mismo, es lo que intenta expresar y generar este espacio como mea ultima a alcanzar.
    Porque este individuo de ninguna manera va a irrumpir en nuestras vidas por la gracia de Dios. Por el contrario el mismo será dado cuando alguien por su entrega total a una causa y todo él fortalecido por una predisposición innata a la virtud, se muestre como ese “elegido” para tan gran empresa como es la mostrada en tus palabras.

    Aprovecho la ocasión para enviarte un firme y leal saludo.

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