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TRANSMUTACIÓN, PERFECCIONAMIENTO O EXTINCIÓN

Como bien reza el título es mostrado en las siguientes líneas uno de los estudios científicos en materia biológica más criticados y demonizados por la sociedad progresista actual.

Con este escrito se fórmula una propuesta al lector, una reflexión sobre la Eugenesia y de cual sería el “modus operandi” más idóneo hallando una mínima posibilidad de acierto, en las mentes libres siendo estas las capaces de vislumbrar la decadencia social en los tiempos que corren.

Es sabido por todos aquellos seres conscientes de las diferentes comunidades étnicas, lo terrible que llegan a ser las consecuencias imputadas por las plutocracias occidentales en materia racial.

De este modo y sin ninguna objeción, es palpable como estas poco a poco perpetúan mecanismos en el seno del mundo occidental, dando como resultado la degeneración y el mestizaje incontrolado entre las diferentes razas; hechos que encuentran su desenlace último en la perdida de las diferentes comunidades étnicas que pueblan este mundo por mucho que intenten instaurarnos la positividad de dicha actitud.

Un presente con su propuesta divulgativa no pretende insertar más información sobre las masificadas tesis racialistas, sino ir más allá y mencionar la terminología “prohibida” que comúnmente es olvidada y de la cual debe servirse todo pueblo para su elevación colectiva; la práctica eugenésica.

Primeramente cabe citar el verdadero significado etimológico de tal palabra, sin duda hallado este en el término “Eu” el cual quiere decir: bien, bondad, perfección, normalidad… y “Génesis” atribuyéndole el significado de nacimiento, pudiendo entenderse tal composición como “Buen nacer”.

Descifrado el significado anterior es expuesta claramente la diferenciación respecto a otras terminologías como pudiera ser la Eutanasia, proveniente del término “Eu” significando bien, bondad… y “Thánatos”: muerte, entendiendo su conjunto como “Muerte Dulce”.

Cabe añadir a cierta constatación la nulidad de los hechos divulgados e instaurados por los regímenes liberales, vencedores estos de la II Guerra Mundial; al afirmar que la práctica eugenésica se trata de una novedad teórica de “atormentadas” mentes de la Alemania Nazi, cuando por el contrario dichos hallazgos científicos fueron establecidos a lo largo del S. XIX de la mano de personalidades como Francis Galton (pariente próximo del notable antropólogo Charles Darwin).

Por tanto es indiscutible la formulación eugenésica en una diversidad de mentes inquietas las cuales palpan la necesidad de su práctica, no por una comunidad racial en concreto sino por cualquiera de las habidas en un intento de perfeccionamiento poblacional, librando este en la formación de civilizaciones destacadas el sufrimiento de decenas de miles de llegados al mundo siendo los que padecen la irresponsabilidad progenitora , primeramente por parte del núcleo conyugal y en segundo lugar por una errónea e inexistente biopolítica estatal.

Tan solo una vez expuesto, un compendio de ideas las cuales era necesario esclarecer; sin entrar en materia científica pues la finalidad del texto no concierne a dicho ámbito ni al interés colectivo sobre el mismo dada la insignificativa comprensión de la mayoría del público de dicha terminología; paso a mimetizar y finalizar un conjunto de ideas extraídas de lo anterior.

La sociedad tan degrada de hoy día debe alejar la práctica eugenésica de alineamientos ideológicos, debe de ser concebida como una práctica médica (si se cree idóneo el adjetivo) la que es necesaria primeramente para aliviar males mayores de todos aquellos seres “afectados” los que en primer lugar sufren las consecuencias al ser concebidos de una manera imprudente; en segundo lugar para evitar un coste significativo de los avituallamientos necesarios para tratar a estas personas; y en tercer y último lugar y de forma más trascendental para generar una base racial sólida, sana y fuerte que pueda hacer frente a todas aquellas actuaciones y acontecimientos que tratan de incapacitar a los pueblos libres y conducirlos por el camino de la “razón”, la única e incuestionable “fe racional”...

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