Saludos!
Todo Ser corpóreo precisa de un recipiente material que albergue su Alma y su posible dotación espiritual bien acondicionado en lo que a la calidad material se refiere. Mediante una actividad deportiva intensa moldearemos la raza en su facción biológica higienizándola y purificándola al tiempo que la alejamos de hábitos nocivos como el aburguesamiento democrático que transmuta la belleza física en carne trémula, blandengue y fofa mostrándo cuerpos abandonados a la pasividad existencial y a la dejadez esperpéntica y la fealdad.
"Mens sana in corpore sano" marca toda una premisa y condición ideológica abrazada en pleno por el nacionalsocialismo: La Belleza. Belleza en el Arte, en la Naturaleza, en la Vida, en las Ideas, en la Muerte...
Dentro del deporte encontraremos, además, el camino de sublimación espiritual mediante el camino del Sacrificio, la Camaradería, la Entrega, el Honor, el Valor, el Arrojo, la Victoria...
Destacamos de entre las actividades deportivas aquellas que conllevan, más allá de lo meramente físico, un alzamiento espiritual tales como el montañismo y las artes marciales en el Hombre o el Ballet y las Gimnasias rítmicas o sincronizadas en la Mujer. Para ambos sexos se recominedan las actividades atléticas o el tiro con arco. Aquellas que comporten una sincronización simbiótica con la música colaboran en la purificación del Alma. Sea como fuere, siempre será mejor la práctica de cualquier actividad deportiva ante la idea del hombre pasmado e inútil, pese a que es aconsejable huir de los deportes-espectáculo que enaltecen a las masas y de la supraprofesionalización de los mismos pues la embriaguez por el dinero aleja todo lo positivo y elevado que en la práctica del mismo se alberga.
En lo que al cultivo del Alma refiere, sin duda las prácticas artísticas son las más adecuadas dada su carga y aporte divino. La contemplación y práctica del Arte, unido a una ética y estilo intachables, fortalecerán los lazos que anudan la raza del Cuerpo o raza Biológica a la raza del Alma, elevando en 2/3 al Indoeuropeo en su transmutación involutiva hacia su renacimiento.
Recomendamos la pintura realista, la escultura clásica, la arquitectura faraónica, la música sacra, la cinematografía épica, la fotografía paisajística, la filosofía clásica greco-romana, la literatura y teatro del Siglo de Oro y la danza Tradicional popular.
La forja del carácter siguiendo los dictámenes de la Voluntad (consciencia increada del Ser) alimentarán las partículas espirituales del Hombre desarrollando en sí mismo el Espíritu: su Yo divino.
La unión mediante el cultivo de cada una de las tres facetas raciales (Cuerpo, Alma y Espíritu), harán remontar la involución recreando al Hombre Nuevo y fundiendo el Yo para conseguir el Nos, fundiendo el hierro para reencontrar el Oro, metamorfoseando al Indoeuropeo en la sacra idea del Ario, que ha de fundirse con el Todo Universal tomando el Paraíso al asalto desterrando del mismo al Demiurgo creador Yahvé-Jehová e instaurando tras el hecho la edad dorada del Homo-Aureo, de los Hombres de Luz Dorada, increados...
Salve et Victoria!
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